El olor a castañas invade las calles. Viene el frío para quedarse y las sonrisas de pequeños y grandes posponen los problemas de siempre. Las luces y el hórror vacui reinan en las tiendas y los balcones. Las familias se unen y los amigos se reencuentran. Un soplo de aire nuevo nos visita: aunque sea el mismo de todos los años lo esperamos con cierta ilusión; y con nostalgia, pues no dura para siempre.
Hay un año nuevo a la vuelta de la esquina que esperamos con incertidumbre y que nos hace reflexionar…
¿Qué he hecho bien?
¿Qué he hecho mal?
Esto lo tengo que cambiar…
Sabemos que no va a durar por mucho tiempo, así que nos agarramos a su brevedad sin querer soltarnos. Queremos vivir más, sentir más, beber más… Con mayor compañía o con menor soledad.
Ya está aquí la Navidad…
¡Felices fiestas a tod@s!