Madurar es que se te atragante el romanticismo.
El exceso de arrepentimiento.
La falta de tiempo.
El ego.
Es la soledad.
Es la otra perspectiva.
La que pensabas que no iba contigo.
La que viene para quedarse y no irse en la vida.
Son las decisiones que nos marcan para siempre.
Es la obligación de tener que elegir.
Es sufrir las consecuencias.
Y transigir.
Es padecer.
Aprender a golpes.
Pelear con uñas y dientes.
Es el proceso más duro, vivo y humano de crecer.
Madurar es saber, que nada es para siempre, pero que siempre que se siente, se hace desde el presente… De manera drástica y a por todas, como no podría ser de otra manera… Aunque quedemos rotos, aunque quedemos vacíos.
Me han encantado tus líneas. ¡Te sigo!
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Muchas gracias por seguirme y por tu bella aportación. ¡Bienvenida a este rincón! 🙂 Un abrazo
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Sabias palabras.
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Gracias, Loren 🙂 Abrazos
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Crecer es aprender a que no somos eternos y que mamá y papá no van a estar siempre para salvarnos de nuestro propio desastre. En algún momento tendremos que hacerlo nosotrxs solxs. 🙂 un saludo
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Hola, MarP. Sí, quizás eso es lo más complicado de la madurez, tener que aprender a afrontar sol@s los problemas. Gracias por compartir tu visión. Un saludo 🙂
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muy bueno
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Muchas gracias, Pippo. Un saludo.
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